El Metro de Quito
¿Potencializará exclusivamente el sistema de transporte de la ciudad?
La inversión de más de USD 2 billones realizada por el Municipio de Quito en la construcción de la primera Línea del Metro (PLMQ), no solamente potencializará el sistema de trasporte público metropolitano y sus respectivos impactos en la calidad de vida de su población al reducir el uso y dependencia del vehículo motorizado, que, como consecuencia de las condiciones ineficientes del transporte público contraen la productividad urbana por efecto de la congestión del tráfico vehicular que dilata los costos y tiempos de movilización, sino también, mitigará los efectos de la combustión de los motores que se constituyen en uno de los mayores contaminantes que destruyen los valores ambientales de una ciudad que cuenta con atractivos naturales por su biodiversidad, geografía y otros aspectos destacados que conforman su patrimonio productivo y ecosistémico.
¿A qué conducen estas conclusiones?
A comprender la oportunidad irrepetible que tiene la ciudad de articular con mayor coherencia una política de movilidad con la de planeamiento territorial, estructurando una robusta sinergia entre dos ámbitos estratégicos de planeación. No solo para mejorar sustancialmente el sistema de movilidad metropolitana, sino fundamentalmente para direccionar un proceso de transformación en su configuración urbanística a partir de una lógica de planificación que promueva un modelo de urbe compacta y policéntrica, que permita viabilizar la dinámica de todos sus sistemas: economía inmobiliaria, enrutamiento de tránsito, diseño de infraestructura, planificación del uso del suelo y zonificación, desarrollo de la economía local a través de procesos de regeneración o generación urbana.
Bajo estas consideraciones es indispensable planificar de una manera integral el desarrollo urbano, la gestión del territorio y del medioambiente y el crecimiento económico y social, aplicando los principios de los estudios de Desarrollo Orientado al Transito (DOT) en las 15 áreas de influencia de las estaciones de la PLMQ. El objetivo es contar con un instrumento orientador y regulador del crecimiento urbano, fruto de la experiencia adquirida en esta fase de intervención.
Para solventar los efectos actuales de una ciudad desarticulada, con extensa huella urbana, con un modelo de desarrollo poco denso y con severas deficiencias en materia de movilidad, son necesarios servicios de infraestructura y de equipamiento urbano que generan altos presupuestos para solventar las demandas de dotación y mantenimiento de servicios de infraestructura urbana: vías, agua potable, alcantarillado, plantas de tratamiento de aguas servidas, energía eléctrica y de telecomunicaciones, recolección de desechos sólidos, instauración de espacios de recreación y otros de equipamiento comunitarios.
Por tanto, la formulación de estudios DOT para la PLMQ es una necesidad imprescindible que tiene la ciudad para plantear una serie de propuestas sostenibles de restructuración y gestión del territorio, prevención y mitigación ambiental, impulso y potencialización económica y social, para proporcionar la infraestructura de servicios necesarios dirigida a lograr mayores densidades, negocios sostenibles y autosustentables. Si efectivamente queremos mejorar la calidad de vida de su población y que el slogan de ser “la carita de Dios” nos permita enorgullecernos de esta realidad.
Autor: Roberto Carrión Game
Fotografía: MCEKOS